9 de octubre, en Manzanares
12 de noviembre, en Bargas
25 de noviembre, en Albacete
27 de noviembre, en Talavera de la Reina
jueves, 23 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Crítica e información de Tantas voces en www.madridteatro.net
Pinche aquí para leer la crítica de Tantas voces en madridteatro.net
lunes, 31 de mayo de 2010
Artículos de prensa
La Tribuna digital de Ciudad Real (27/05/2010)
"TANTAS VOCES" CIERRA SU GIRA POR LA REGIÓN MAÑANA EN EL TEATRO QUIJANO.
El Día de Ciudad Real (28/05/2010)
"TANTAS VOCES" CIERRA SU GIRA POR LA REGIÓN MAÑANA EN EL TEATRO QUIJANO.
Siete actores dan vida a cuarenta personajes en un montaje en el que Pirandello acerca al espectador a una relidad «a veces absurda»
Siete actores y más de cuarenta personajes sobre un escenario es, grosso modo, el resumen de Tantas voces. Aunque como corresponde a un texto de Pirandello que se precie, detrás de esto siempre hay más.
Andrea D’Orico, a la producción, Juan Carlos Plaza, como dramaturgo; Natalia Menéndez, en la dirección; y un reparto actoral compuesto por Jorge Calvo, Lola Casamayor, Lara Grube, José Luis Patiño, Juan Ribó, Luis Muñiz y David Sánchez, son por así decirlo los materiales básicos que hacen de ésta obra un «mosaico de la Italia de principios del siglo XX», en palabras del propio Juan Carlos Plaza.
Sobre el escenario comparten mérito, en opinión de Plaza, de un lado los textos de Pirandello y del otro un plantel de actores que se transforma en varios personajes.
El hombre de la flor, Los limones de Sicilia, El certificado, La casa de Granella y Alguien ha muerto en el hotel, son las cinco historias que se subirán mañana al escenario del Quijano. En todas ellas, desvela el dramaturgo, se mezcla tradición, la de los cuentos de Pirandello en los que se basan estas obras cortas, y el humor inteligente, que en ocasiones se esconde detrás de una realidad que en su trasfondo a veces va más allá de lo absurdo». La fuente de Tantas voces también cabe destacarla, sobre todo para aquellos que amen los relatos breves, Cuentos para un año, última obra del autor italiano que quedó incompleta.
Luis Muñiz es uno de los siete actores prolíficos que caracterizan este montaje. Hace dos semanas que forma parte de él, lo que le ha permitido disfrutarlo primero como espectador y después como actor.
En el escenario interpreta a un padre de familia; a Giaccomo, un jefe de camareros; un juez y hasta el cliente de un hotel. No acierta a decir que personaje de los que hace le gusta más, no hay tiempo para encariñarse con tanto cambio.
Andrea D’Orico, a la producción, Juan Carlos Plaza, como dramaturgo; Natalia Menéndez, en la dirección; y un reparto actoral compuesto por Jorge Calvo, Lola Casamayor, Lara Grube, José Luis Patiño, Juan Ribó, Luis Muñiz y David Sánchez, son por así decirlo los materiales básicos que hacen de ésta obra un «mosaico de la Italia de principios del siglo XX», en palabras del propio Juan Carlos Plaza.
Sobre el escenario comparten mérito, en opinión de Plaza, de un lado los textos de Pirandello y del otro un plantel de actores que se transforma en varios personajes.
El hombre de la flor, Los limones de Sicilia, El certificado, La casa de Granella y Alguien ha muerto en el hotel, son las cinco historias que se subirán mañana al escenario del Quijano. En todas ellas, desvela el dramaturgo, se mezcla tradición, la de los cuentos de Pirandello en los que se basan estas obras cortas, y el humor inteligente, que en ocasiones se esconde detrás de una realidad que en su trasfondo a veces va más allá de lo absurdo». La fuente de Tantas voces también cabe destacarla, sobre todo para aquellos que amen los relatos breves, Cuentos para un año, última obra del autor italiano que quedó incompleta.
Luis Muñiz es uno de los siete actores prolíficos que caracterizan este montaje. Hace dos semanas que forma parte de él, lo que le ha permitido disfrutarlo primero como espectador y después como actor.
En el escenario interpreta a un padre de familia; a Giaccomo, un jefe de camareros; un juez y hasta el cliente de un hotel. No acierta a decir que personaje de los que hace le gusta más, no hay tiempo para encariñarse con tanto cambio.
El Día de Ciudad Real (28/05/2010)
HOY. CIUDAD REAL
Tras año y medio girando por toda España, la obra de teatro Tantas voces, producida por Andrea D’ Odorico, llega hoy a las 21.00 horas al Teatro Quijano de Ciudad Real. Allí, Lola Casamayor, Fidel Almansa, Jorge Calvo, José Luis Patiño, Juan Ribó, Lara Grube y David Sánchez, los siete actores que dan vida a El hombre de la flor, Los limones de Sicilia, El certificado, La casa de Granella y Alguien ha muerto en el hotel, los cinco cuentos de Luigi Pirandello que conforman Tantas voces, se despedirán de su público hasta el próximo mes de septiembre.
Dirigido por Natalia Menéndez, el espectáculo, de una hora de duración y cuyo precio oscila entre los cinco euros del anfiteatro y los 10 de butaca, “reflexiona sobre el ser humano, sus comportamientos y vida”.
“Sin lugar a dudas,Tantas voces es un espectáculo en el que prima la belleza de la palabra, de los sentimientos y de las relaciones humanas”, puntualizó a este diario el actor Jorge Calvo, quien aseguró que el público se identifica a la perfección con los más de 40 personajes que aparecen en la representación.
Y es que se trata de “personajes mediterráneos” que hablan de emociones, amor, desamor, traición o sospecha. Temas universales que siguen estando presentes hoy día.
“El hecho de que los cuentos no tengan conexión entre sí no es problema para el espectador, ya que la dramaturgia y la dirección de la obra facilitan la comprensión”, remarcó Calvo, quien comentó que durante la función da vida a un total de seis personajes, desde un camarero a un juez, pasando por un abogado.
Calvo, que destacó el éxito que está cosechando esta obra por toda España, aseguró que el espectador que se acerque a verla disfrutará en todo momento. “La verdad es que Tantas voces es un espectáculo que pasa por todos los registros, de la comedia, al drama, del drama a la tragicomedia y una vez más, vuelta a la comedia”, matiza Calvo, quien reconoce que el público que asista a la obra se va a encontrar con un espacio escénico “sugerente” y “bello”.
Finalmente, Jorge Calvo reconoció que trabajar con Natalia Menéndez ha sido una experiencia fantástica y que volvería a repetirla “mañana”.
lunes, 8 de febrero de 2010
Últimas críticas
Estos son los enlaces a las últimas críticas recibidas en algunos periódicos nacionales:
ABC.ES
MALAGAHOY.ES
SUR.ES
ABC.ES
MALAGAHOY.ES
SUR.ES
martes, 5 de enero de 2010
miércoles, 23 de diciembre de 2009
NUEVAS FECHAS
Estas son las fechas incorporadas a la gira de "Tantas voces..."
Valladolid (16 y 17 de enero 2010)
Teatro Calderón
Málaga (29 y 30 de enero 2010)
Teatro Cervantes
martes, 26 de mayo de 2009
Más críticas
PINCHA SOBRE LAS IMAGENES PARA AMPLIARLAS.
EL MUNDO
EL PAÍS
ABC
Las esquirlas del tiempo
Por JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN
El tiempo gotea en este entramado de historias de Luigi Pirandello, impregna la urdimbre de los cinco relatos con su huella indeleble: el pasado envía sus fantasmas a «La casa de Granella» hasta hacerla inhabitable, «El hombre de la flor en la boca» vive su cuenta atrás con rabiosa melancolía, los «Limones de Sicilia» mecen en su fragancia el recuerdo de la edad de la inocencia, el gafe de «El certificado» exhibe su aciago currículo como aval para garantizar el futuro de su familia, y un viajero innominado se convierte en símbolo de lo leve y fugaz de la existencia en «Alguien ha muerto en el hotel».
Un gran reloj invisible se cierne así sobre los personajes y marca con su tictac el ritmo de este montaje. Husmeando en ese gran baúl que son los «Cuentos para un año», Plaza-Asperilla ha elaborado un variopinto fresco de la Italia de principios del siglo XX al que se asoman cerca de cuarenta personajes.
El conjunto está invadido por un humor melancólico y suavemente pesimista, que conjuga el espejo costumbrista y las cosquillas del absurdo. Natalia Menéndez atrapa esa atmósfera en su estupenda puesta en escena, uniendo las diferentes tramas por medio de pequeños detalles y logrando un trabajo que culmina en hermosos momentos de poesía sonámbula, aunque tal vez ceda con alguna frecuencia a la tentación de lo farsesco. Con el apoyo de elementos audiovisuales, Andrea D'Odorico firma un espacio escénico versátil con muy bellas escenas, como la acuática final. La interpretación coral raya a gran altura, pero justo es destacar el gran trabajo de José Luis Patiño, que está sublime tanto en el amargo registro de «El hombre de la flor en la boca» como en el grotesco de «El certificado».
CRÍTICA TEATRO
Enrique Centeno
martes 21 de abril de 2009
Tantas voces
Ha elegido la directora, Natalia Menéndez, historias del libro de Pirandello, Cuentos para un año, en el que se propuso escribir, durante todo un año, una diaria –se quedó en el camino, con casi 250-, enlazando en esta función obras que nos enseñan su mundo y que conocemos bien en esa creación de un nuevo teatro. Lo ha llamado Tantas voces, un precioso titular para los cinco cuentos: La casa de Granella, El hombre de la flor en la boca, Limones de Sicilia, El certificado, y Alguien ha muerto en el hotel. Son páginas de fantasmas realistas con unos personajes que dejan conocer a Pirandello. Bajo su irónico humor, todos los relatos muestran la falsedad, la trampa y el abuso.
Comienza esta función con La casa de Granella, en la que ya reconocemos la injusticia de la legislación. La muerte es otro de los temas que aparece en el segundo título, El hombre de la flor en la boca; un personaje aparentemente jocoso que espera a su guadaña, una presencia en las obras dramáticas de Pirandello. Sueños que dedica también a la locura o la imposibilidad, que se muestran aquí en El certificado, o la frustración y la traición de amores, en los Limones de Sicilia. Es la observación cotidiana con la que el italiano crea relatos, día tras día, con su construcción desconcertante.
Los textos son un caramelo que ha adaptado al teatro Juan Carlos Plaza-Asperilla –una de las piezas, El hombre…, es en el original una brevísima escena teatral; por cierto, vimos el año pasado una representación mediocre, y menos mal que en esta ocasión se hace formidablemente-. Y mucho más aún: el regalo de los magníficos intérpretes. El público llega a interrumpir la función con inevitables aplausos, algo que no es nada frecuente en los estrenos. Hay momentos que permiten una gran lucidez, como a Fidel Almansa y a Jorge Calvo, en ese encuentro donde la flor es el violáceo tumor en la boca, una cercana muerte. Emociona la pérdida de un sueño
enamorado en Los limones de Sicilia, que también tiene un final donde Lola Casamayor -con ella Antonio Zabálburu- consigue una formidable escena. José Luis Patiño obtiene –aquí está el loco-, de nuevo los aplausos. También estupendos el veterano Juan Ribó y la joven Lara Grube.
Son numerosos los personajes que hacen entre los siete actores, ante un decorado de azul mediterráneo, de puertas utilizables vivamente para los juegos; un fondo con la efectividad y el riesgo de la inundación en Alguien ha muerto en el hotel. Lo hace genialmente el gran escenógrafo D’Odorico; cómo no recordarle en otro Pirandello que se montó en 1985, Seis personajes en busca de autor. Juan Gómez Cornejo, el iluminador, le ayuda en este estupendo trabajo.
Responsable de esta puesta en escena, Natalia Menéndez ha mostrado inteligencia en sus ritmos, aprovechando la calidad de actores, y trasladando cada escena al mundo humorístico, dramático y burlador en esta obra. Es, sin duda, el perfecto montaje que ha conseguido la directora.
Enrique Centeno
Por JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN
El tiempo gotea en este entramado de historias de Luigi Pirandello, impregna la urdimbre de los cinco relatos con su huella indeleble: el pasado envía sus fantasmas a «La casa de Granella» hasta hacerla inhabitable, «El hombre de la flor en la boca» vive su cuenta atrás con rabiosa melancolía, los «Limones de Sicilia» mecen en su fragancia el recuerdo de la edad de la inocencia, el gafe de «El certificado» exhibe su aciago currículo como aval para garantizar el futuro de su familia, y un viajero innominado se convierte en símbolo de lo leve y fugaz de la existencia en «Alguien ha muerto en el hotel».
Un gran reloj invisible se cierne así sobre los personajes y marca con su tictac el ritmo de este montaje. Husmeando en ese gran baúl que son los «Cuentos para un año», Plaza-Asperilla ha elaborado un variopinto fresco de la Italia de principios del siglo XX al que se asoman cerca de cuarenta personajes.
El conjunto está invadido por un humor melancólico y suavemente pesimista, que conjuga el espejo costumbrista y las cosquillas del absurdo. Natalia Menéndez atrapa esa atmósfera en su estupenda puesta en escena, uniendo las diferentes tramas por medio de pequeños detalles y logrando un trabajo que culmina en hermosos momentos de poesía sonámbula, aunque tal vez ceda con alguna frecuencia a la tentación de lo farsesco. Con el apoyo de elementos audiovisuales, Andrea D'Odorico firma un espacio escénico versátil con muy bellas escenas, como la acuática final. La interpretación coral raya a gran altura, pero justo es destacar el gran trabajo de José Luis Patiño, que está sublime tanto en el amargo registro de «El hombre de la flor en la boca» como en el grotesco de «El certificado».
CRÍTICA TEATRO
Enrique Centeno
martes 21 de abril de 2009
Tantas voces
Ha elegido la directora, Natalia Menéndez, historias del libro de Pirandello, Cuentos para un año, en el que se propuso escribir, durante todo un año, una diaria –se quedó en el camino, con casi 250-, enlazando en esta función obras que nos enseñan su mundo y que conocemos bien en esa creación de un nuevo teatro. Lo ha llamado Tantas voces, un precioso titular para los cinco cuentos: La casa de Granella, El hombre de la flor en la boca, Limones de Sicilia, El certificado, y Alguien ha muerto en el hotel. Son páginas de fantasmas realistas con unos personajes que dejan conocer a Pirandello. Bajo su irónico humor, todos los relatos muestran la falsedad, la trampa y el abuso.
Comienza esta función con La casa de Granella, en la que ya reconocemos la injusticia de la legislación. La muerte es otro de los temas que aparece en el segundo título, El hombre de la flor en la boca; un personaje aparentemente jocoso que espera a su guadaña, una presencia en las obras dramáticas de Pirandello. Sueños que dedica también a la locura o la imposibilidad, que se muestran aquí en El certificado, o la frustración y la traición de amores, en los Limones de Sicilia. Es la observación cotidiana con la que el italiano crea relatos, día tras día, con su construcción desconcertante.
Los textos son un caramelo que ha adaptado al teatro Juan Carlos Plaza-Asperilla –una de las piezas, El hombre…, es en el original una brevísima escena teatral; por cierto, vimos el año pasado una representación mediocre, y menos mal que en esta ocasión se hace formidablemente-. Y mucho más aún: el regalo de los magníficos intérpretes. El público llega a interrumpir la función con inevitables aplausos, algo que no es nada frecuente en los estrenos. Hay momentos que permiten una gran lucidez, como a Fidel Almansa y a Jorge Calvo, en ese encuentro donde la flor es el violáceo tumor en la boca, una cercana muerte. Emociona la pérdida de un sueño
enamorado en Los limones de Sicilia, que también tiene un final donde Lola Casamayor -con ella Antonio Zabálburu- consigue una formidable escena. José Luis Patiño obtiene –aquí está el loco-, de nuevo los aplausos. También estupendos el veterano Juan Ribó y la joven Lara Grube.
Son numerosos los personajes que hacen entre los siete actores, ante un decorado de azul mediterráneo, de puertas utilizables vivamente para los juegos; un fondo con la efectividad y el riesgo de la inundación en Alguien ha muerto en el hotel. Lo hace genialmente el gran escenógrafo D’Odorico; cómo no recordarle en otro Pirandello que se montó en 1985, Seis personajes en busca de autor. Juan Gómez Cornejo, el iluminador, le ayuda en este estupendo trabajo.
Responsable de esta puesta en escena, Natalia Menéndez ha mostrado inteligencia en sus ritmos, aprovechando la calidad de actores, y trasladando cada escena al mundo humorístico, dramático y burlador en esta obra. Es, sin duda, el perfecto montaje que ha conseguido la directora.
Enrique Centeno
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
